Mi mejor Navidad

escritor 027Feria navideña  en el corazón de la vieja ciudad de Estocolmo.
Foto: Carlos M. Estefanía

No podemos hablar de Navidad sin pensar en las fiestas, los regalos y la
decoración navideña. Aún en estos tiempos difíciles, cuando llegan estas
fiestas, nos llenamos de esperanza y optimismo. El espíritu navideño nos
hace acercarnos más a los demás y ese espíritu infantil que dejamos a un
lado el resto del año, se apodera de nosotros. Y qué mejor forma de hacerlo
que reunir a toda la familia para celebrar el nacimiento del niño Jesús, la
llegada de Santa Claus o el Día de Reyes.

Para los niños, son momentos de magia y fantasía. De niña fui muy feliz y
mis Navidades, muy abundantes. Siempre esperaba la Navidad porque Santa Claus
me traía muchos juguetes. Recuerdo que durante una Navidad, con solo 5 años
de edad, mi mamá y yo pasamos la Navidad en el interior de Panamá, en la casa
de mi abuela, bisabuela y otros familiares. Aquel día 24 de diciembre, los niños nos
acostábamos temprano para que Santa Claus viniera a dejarnos juguetes durante
la noche.

Al día siguiente, por la mañana, allí estaban los regalos. Como de
costumbre, recibí muchísimos regalos. Durante esa linda mañana, mi mamá
salió un rato a saludar y felicitar a una vecina, mis abuelas estaban ocupadas
en la casa y mis primos y yo estábamos jugando. Fue tanta mi alegría, que
tuve una ocurrencia. Me llevé todos los juguetes al patio que era grande y llamé
a todos los niños que vivían alrededor de la casa y empecé a repartir todos mis
juguetes, hasta quedarme con una muñeca que fue la que más me gusto. En el
momento de la repartición, llegó mi madre y en vez de molestarse, se
sorprendió y se echó a reír, al ver mi inocencia y desprendimiento que vamos
perdiendo a través de los años. Ambas nos reímos juntas por la satisfacción de
dar al más necesitado en una fecha tan importante. Esa es la Navidad, amar,
regalar, compartir y celebrar.

iEsa fue mi mejor Navidad!

Elsa I. Pardo
Miami

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